Posé mis ojos en tus labios
Que temblaban sin sonido
Más que el tren que te alejaba
De este infierno una vez más
No quise mirar más alto
Por temor a quedar ciego
Sin poder más que llorarte
Sin poder ni respirar
Fui como un barco a la deriva:
No había consuelo
No había ni puerto ni luz
Que me guiara a tus besos
Perdí la calma y el deseo
Y me hundí en un mar de ensueño
Tuve sed de besos cortos
Con el cielo y me estrellé
Yo fui quien inició el fuego
Y derritió nuestras almas
Ahora guardo las cenizas
De lo que hubo alguna vez
Fui como un barco a la deriva:
No había consuelo
No había ni puerto ni luz
Yo me arrastré hasta tus besos