De silencio mostrar
a discreción el tiempo,
embriagándose de espacio
en figuras de pasión descalza,
intuir la espera,
con la esfera brillante
y la piel en seda.
Desatar cenizas
ceder y dejarse llevar.
Con la yema de los dedos
recorrer la brisa,
empapado de cenizas
dejarse llevar.
Una extraña noche
entre arena y risas
se subía de tono
entre hielo y discreción.