Hace ya tiempo que se marchó,
pero todavía puedo percibir su olor.
Olor a muerte y a podrido.
Olor a fascismo totalmente destruido.
Te odio, maldito hijo de puta. Te odio.
Por qué violaste tantas mujeres,
colgaste a su marido
y a sus hijos los quemaste.
Las obligadas a beber aceite
las paseabas con su cuerpo desnudo al aire.
Te odio, maldito hijo de puta. Te odio.
Seleccionados, uno a uno,
en las puertas del cementerio.
Tiroteados, van muriendo,
atravesados por las balas del fascismo.
Porque mataste, a toda esa gente,
si todos ellos siempre fueron inocentes.
Atravesados por las balas del fascismo.
Te odio, maldito hijo de puta. Te odio.