Comprendo el mensaje de la sonrisa de un niño
cuando toca en la luz roja mi cristal.
Mi pensamiento estaba en la luna o en el limbo,
no me daba la mirada para ver,
que está queriéndome decir,
que ya es hora de ayudarlos a vivir.
Sufro, si en una calle de América
se duerme friolento un corazón
jugando a la rayuela con su vida
se pierde a diario algún hijo del sol.
Siento que se humedece mi alma
y que mi continente entristeció.
Paciencia soldadito de hojalata,
que mañana sonreirá el hijo del sol.